lunes, 24 de septiembre de 2012

Colaboración: He ahí el hombre














¿Ves ese paquete de cigarrillos?
Todo lo que hay que saber de la vida está en ese paquete.
Verás que a una de tus personalidades le seducen los delirios de grandeza. Un paquete dorado de cigarrillos largos con una insignia regia. Una atractiva insinuación de glamur y riqueza. Una sutil sugerencia de que los cigarrillos son tus reales y leales amigos. Pero eso amigo, es falso.
Tu otra personalidad intenta que te centres en la otra cara de la moneda. En aburrida negrita y sobre un fondo blanco aparece la afirmación de que esos firmes soldaditos de la muerte en realidad quieren matarte. Y esta es la verdad.
La belleza seductora llama a la muerte, y yo soy adicto a su cautivador canto de sirena.
Lo que al principio es dulce al final es amargo. Y lo que es amargo, al final es dulce. Placer y dolor no son más que dos caras de la misma moneda.
Y esta es la autentica razón de nuestra verdadera condición. He ahí el hombre.

































domingo, 16 de septiembre de 2012

Metrópolis









































Hay imágenes que, una vez se han hecho presentes, vuelven con recurrencia a nosotros bajo diferentes formas. Como si expresasen una obsesión adquirida en algún momento. Cuanto más lejos estamos del brote inicial, más dificultades encontramos para unir sus diferentes manifestaciones. La Metrópolis de Lang queda cada vez más lejos, y por eso hay que estar pendientes de que sus imágenes no caigan en el olvido. Temas como la aglomeración de las multitudes, la relación con las máquinas y la dialéctica entre opresores y oprimidos han estado entre nosotros antes y después de ella, pero esta película consigue expresarlos con potencia y, sobre todo, claridad, independientemente de las conclusiones a las que termine llegando. 

Las imágenes no son unívocas, pero relacionadas entre sí, por ejemplo a través del movimiento tal y como hace el cine, pueden constituir experiencias nítidas acerca de algo. Uno de los temas sobre los que nos habla Metrópolis es el de los individuos especiales: el elegido, el mesías o, en este caso, el mediador. Término que no ha sido escogido caprichosamente y que ha de aparecer de algún modo en aquellas filosofías atrapadas en dicotomías: los sentidos y el intelecto, el pensamiento y el mundo, o el cerebro (el artífice de la ciudad) y la mano (quien mantiene con su sudor a la metrópolis) en el caso de la película de Lang.

En Metrópolis, el elegido surge del individuo de manera traumática y no deseada. La fatídica visión de algo, más bajo la forma de una inesperada revelación que de una intuición, es el desencadenante de la transformación. La escenografía del proceso es, en este caso, asombrosamente similar a la elaborada en El príncipe de Egipto (Simon Wells, 1998). Salvando las distancias, cabe también compararla con el viscoso despertar de Neo después del jueguecito de la pastilla (Matrix, 1999, Andy y Lana Wachoswski). Pero lo mismo le pasa a Ark en Terranigma (Enix, 1995). Entre elegidos queda la cosa. Aparentemente es posible elegir (esto es socarronamente evidente en Matrix), pero la cosa no va más allá de un amago, un farol. Los elegidos son eso, elegidos. Ellos no eligen [1].









Con estas similitudes de fondo, no es casual que la misma escenografía de la revelación haya sido escogida para elegidos tan dispares (Moisés y Freder). Lo religioso no ha abandonado Metrópolis, sino que está cómodamente instalado en la intersección entre el ser humano y la máquina. El autómata se hace mujer (María, ni más ni menos) por medio de una sofisticadísima ciencia capaz de transmutar los cuerpos. En este caso deberíamos hablar de ciencia-mística-ficción.

Es probable que volvamos a Metrópolis en alguna entrada futura, quizá para hablar de la ciudad.

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[1] De aquí podríamos desviarnos a la temática del sacrificio, pero no es ese nuestro camino.



martes, 11 de septiembre de 2012

Sección de recursos y sitios web

Muchos os habréis percatado ya, pero queremos destacar este complemento del blog con una entrada. Recientemente hemos creado una página en la que iremos reuniendo, poco a poco, sitios web con contenidos relacionados con el ámbito de la imagen y el pensamiento en un sentido amplio. Como siempre, os invitamos a participar con nosotros enviándonos vuestras sugerencias a soporte@imalogo.es. La página estará en permanente construcción.

jueves, 6 de septiembre de 2012

Colaboración: El símbolo como instrumento de propaganda política

El autor de la siguiente entrada es un seguidor de Imalogo que ha querido participar de forma más estrecha con nosotros. Todos estáis invitados a enviar cualquier documento de vuestra autoría que esté relacionado con alguno de los temas y actividades que llevamos a cabo en la web y en el blog. El correo al que podéis enviar vuestras colaboraciones es soporte@imalogo.es. Respetaremos vuestro anonimato si esa es vuestra intención.


El símbolo como instrumento de propaganda política.






























El águila junto con la esvástica fue utilizada como símbolo para representar al Führer en el III Reich. De esta forma Hitler formaba parte de una relación tríadica entre el águila, la esvástica y su persona, consiguiendo así ser considerado un autentico símbolo dentro del sistema de propaganda que utilizaron los nazis.






















- Como un hombre soy de carne y hueso, pueden ignorarme y destruirme. Pero como un símbolo, puedo ser incorruptible, puedo ser inmortal.
-¿Qué símbolo?
- Algo primario, algo aterrador…



sábado, 1 de septiembre de 2012

Las mejores imágenes del mes de agosto

Entre las imágenes más llamativas de este mes hay una que no podía faltar, y que reconoceréis enseguida. ¡No podía ser de otra forma! 


Imagen que más gustó:



Usuario: Genevieve


Imagen que más veces se respondió:






Usuario: Gallipatero


Imagen que más se compartió:



Usuario: DeGrafito

Os recordamos que tenéis a vuestra disposición los iconos de favorito y compartir para señalar las imágenes que más os hayan impactado.