sábado, 20 de julio de 2013

Imágenes de portada y moral pública




























La última portada de la Rolling Stone ha levantado muchas ampollas. La aparición de Dzhokhar Tsarnaev en un espacio reservado a las celebridades más famosas del mundo del espectáctulo provocó y sigue provocando reacciones enérgicas. ¿Cómo pueden darle tratamiento de estrella de rock a alguien envuelto en el asesinato de personas durante un evento deportivo? ¿Por qué no aparece en todo caso una de las víctimas? ¿Se ha llegado a algún límite que la moral de nuestros días no puede consentir? El papel de revista tiene la capacidad de encumbrar personas y convertirlas en personalidades, pero esto es algo que viene de antiguo y no debería sorprender a nadie, y menos indignar. ¿Ya en el siglo XXI y todavía no hemos aceptado las reglas del juego del espectáculo? 

Unos días después de la publicación de la polémica portada, un miembro de la policía estadounidense filtró unas imágenes en las que aparecía Tsarnaev herido y con las miras láser de varias armas apuntando a su cabeza. El diálogo de imágenes que se ha iniciado es complejo e importante. Mezcla la frivolidad, el sólido mecanismo de la fama, la muerte y el terror. En el fondo, lo que se pone en juego es la condición estética de la ética.


2 comentarios:

  1. Hola Javi, Una pregunta: ¿Estás seguro que el propósito de la revista al poner esa fotografía es el que tu describes? ¿No habrán tenido otra intensión? No estoy seguro de nada, pues como bien dices, el tema provoca muchas reacciones, y muy diversas... Abrazo!

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  2. Disculpa que hayamos tardado tanto en contestarte. Creemos que la imagen ha suscitado polémica independientemente de la intención que tuviera la revista (desde luego, algo crematístico había de por medio). Al parecer ellos querían analizar en profundidad lo sucedido y comprender la complejidad de la tragedia. ¿Qué te parece? ¿Habría cambiado algo si Rolling Stone hubiese tenido otra opinión?

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